Los huevos vaginales son una práctica milenaria ancestral para guiar espiritualmente la energía sexual, y de esa manera vitalizar todos nuestros órganos, activar nuestra energía vital y moverla por todos nuestros canales.
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El tao femenino, es dónde aparece esta práctica desde la Medicina China, pero mucho antes ya se practicaba, y ahora existen muchas corrientes sobre ellas, pero la finalidad siempre es la misma, cuando una mujer se hace consciente de su energía vital sexual, sabe cómo re-conducirla y canalizarla, recupera su poder personal, y esa recuperación nos brinda la libertad de elegir en presencia qué deseamos y merecemos experimentar, al igual qué poner límites a lo que no.
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Los huevos al ser intravaginales nos permite auto-conocernos, y tener un registro presente y consciente de nuestra cuerpa sexual, y todos nuestros órganos.
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De esta manera, comenzamos a movilizar bloqueos que pueden haberse creado en el cuerpo físico, emocional o energético, ya sea por la historia o experiencia, heredados o patrones del colectivo inconsciente que todes compartimos.
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Siento aclarar que este proceso no busca curar a nivel físico de forma paliativa, sino regenerativa. Por lo que debemos cambiar el “chip” tradicional occidental de lo que estamos acostumbrades al nombrar la palabra Medicina.
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•Invitarnos al contacto profundo y sentir todas nuestras partes es donde reside nuestra sabiduría ancestral.
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•Conectar con nuestra Verdad es empoderarnos.
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Es por eso que estas prácticas nos llevan a sentir nuestros cuerposmentes profundamente, para hacer consciente aquello que debemos atender, escuchar, soltar, dejar ir, aceptar, aquelloo que está brotando y circulando en nosotras para poder sentir, vibrar, hacer carne, vivirlo y no esconderlo o negarlo, que es lo que en realidad nos hace daño y nos afecta.
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Saber qué sentimos, qué necesitamos, qué queremos y qué no, qué deseamos y cómo puedo darmelo es lo que hace que volvamos a
Nosotras.
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